¿FALLOS DE ÉPOCA O RESPONSABILIDAD POLÍTICA?
Analizaremos dos períodos: la posguerra bajo Franco (años 40-50) y la España democrática de Felipe González (años 80-90).
CONTEXTO HISTÓRICO Y TECNOLÓGICO
Años 40-50: España franquista
El país salía de una guerra civil devastadora. Las infraestructuras ferroviarias, presas y polvorines no eran peligrosas solo por su antigüedad —en otros países se usaban sistemas igual de viejos sin tragedias similares—, sino por abandono técnico, falta de mantenimiento y ausencia de controles. A esto se sumó un factor decisivo: el aislamiento internacional impuesto por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras Alemania, Italia y Japón recibían ayudas del Plan Marshall para reconstruirse, España quedó fuera. Sin acceso a divisas, tecnología ni repuestos, el régimen optó por la autarquía. Resultado: improvisación, industria débil y ausencia de normativa moderna. La censura agravó el problema: los accidentes se ocultaban y no se aprendía de ellos.
Casos emblemáticos:
· Explosión en Cádiz (1947) y Alcalá (1947): polvorines sin protocolos adecuados.
· Torre del Bierzo (1944): choque ferroviario con hasta 500 muertos por señalización precaria.
· Ribadelago (1959): rotura de presa por defectos constructivos y falta de auditorías.
Años 80-90: España democrática
La situación era otra. Tras entrar en la CEE en 1986, España accedió a fondos europeos y ayuda técnica, lo que impulsó planes de modernización en transporte, energía y obras públicas. Aunque el PSOE promovió inicialmente el “no” a la OTAN, el país consolidó relaciones internacionales y adoptó normativas comunitarias.
Se aprobaron planes de seguridad y leyes preventivas, aunque su aplicación fue gradual. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales llegó en 1995, y muchas mejoras ferroviarias se implementaron tras accidentes graves. La modernización avanzó, pero coexistieron sistemas antiguos con nuevas tecnologías durante años.
Casos destacados:
· Chinchilla (1994): colisión ferroviaria por señalización obsoleta y error humano.
· Vigo (1992): colapso de pasarela portuaria por diseño defectuoso.
· Yak-42 (1996): protocolos insuficientes en condiciones extremas.
· Vandellòs I (1989): incendio en central nuclear que evidenció deficiencias en cultura de seguridad.
FACTORES DETERMINANTES EN CADA ÉPOCA
· Posguerra: aislamiento impuesto, escasez, autarquía y ausencia total de cultura preventiva.
· Democracia: apertura internacional, ayudas y normativas europeas, pero con implantación lenta y fallos humanos en plena transición tecnológica.
Los siniestros de la posguerra no fueron simples “efectos colaterales” de la Guerra Civil: respondieron a un contexto internacional que dejó a España aislada, a un modelo autárquico sin regulación y a una censura que impedía aprender de los errores.
En democracia, los accidentes no se explican por falta de recursos, sino por la lentitud en modernizar y en integrar la cultura de seguridad, pese a contar con ayudas europeas.
En ambos casos, la raíz común fue la misma: ausencia de prevención y de respuesta eficaz ante riesgos previsibles, aunque las causas estructurales fueron radicalmente distintas.