SUEÑO LUCIDO

 






 

 "La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante."

 

 


Había escuchado en un programa de radio sobre los sueños lúcidos, un tema que me llamó la atención por su misterio y profundidad. Poco después, en una de mis fases REM, experimenté algo muy cercano a este fenómeno. Me desperté brevemente en medio de un sueño, en un ambiente sombrío, casi de cuevas de gran amplitud. Reconocí a algunas personas de mi pasado profesional y vi edificios familiares. Al darme cuenta de que estaba soñando, cerré los ojos nuevamente y, para mi sorpresa, pude seguir caminando por ese paisaje onírico. Después de unos momentos, me desperté completamente y pensé: "Estoy en medio de un sueño lúcido". Intrigado, decidí leer más sobre este tipo de sueños, y lo que encontré fue tanto interesante como revelador.

 

El sueño lúcido es un fenómeno en el cual la persona que sueña se da cuenta de que está dentro de un sueño. Este estado permite al soñador, en muchos casos, controlar lo que sucede en el sueño. Aunque algunas personas experimentan sueños lúcidos de forma espontánea, otros aprenden a inducirlos utilizando diversas técnicas. En este artículo, se explora desde las bases científicas hasta los beneficios y riesgos de los sueños lúcidos, y cómo este fenómeno se ha convertido en un área de interés tanto médico como psicológico.

Estos sueños ocurren generalmente durante la fase REM (Rapid Eye Movement), una etapa del sueño donde el cerebro está particularmente activo. Durante esta fase, la actividad cerebral se asemeja a la vigilia, lo que facilita que el soñador tome conciencia de que está soñando. Este fenómeno no es tan común, y se ha identificado que ciertos factores pueden aumentarlo, como la práctica consciente de "reality checks" o pruebas de realidad, que enseñan al soñador a verificar durante el día si está soñando o no. Estos "reality checks" son fundamentales para poder inducir un sueño lúcido. Ejemplos comunes incluyen saltar y ver si se levita (una experiencia frecuente en los sueños lúcidos), o comprobar si los objetos o textos son coherentes. Cuando estas acciones se realizan repetidamente, es más probable que se realicen también en los sueños.

En el ámbito neurocientífico, se ha descubierto que durante los sueños lúcidos ciertas áreas del cerebro, como la corteza prefrontal dorsolateral, muestran mayor actividad.. Esto sugiere que la lucidez está asociada con una mayor activación cerebral, lo que permite que el soñador controle de manera activa los eventos dentro de su sueño. A diferencia de los sueños comunes, donde el soñador es un mero espectador de lo que ocurre, en los sueños lúcidos, la persona puede modificar el contenido y el curso de la narrativa onírica.

Desde una perspectiva psicológica, este fenómeno presenta múltiples beneficios. Uno de los más destacados es su potencial terapéutico. Las personas que sufren de pesadillas recurrentes, especialmente aquellas relacionadas con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), pueden beneficiarse enormemente de la capacidad de controlar sus experiencias oníricas. Al ser conscientes de su estado, los individuos pueden alterar el curso de la visión o incluso detenerla por completo, lo que puede ayudarles a reducir la angustia emocional relacionada con estos episodios.

Este fenómeno también representa una herramienta valiosa para el crecimiento individual. Muchas personas lo emplean para explorar su interioridad, enfrentar miedos o vivir situaciones que de otro modo serían imposibles. Según el psicólogo Antonio Zadra, esta práctica puede facilitar la comprensión y resolución de conflictos emocionales, además de ser una herramienta para practicar habilidades o adquirir nuevos aprendizajes. En este sentido, su utilidad abarca tanto el ámbito terapéutico como el creativo y cognitivo.

A pesar de sus beneficios, los sueños lúcidos también implican ciertos riesgos. En personas con trastornos como insomnio o narcolepsia, su inducción puede afectar la calidad del descanso. Mantener una conciencia activa durante el reposo podría dificultar la relajación y, en consecuencia, perjudicar el descansdo en general.

Por otro lado, algunas personas pueden experimentar ansiedad o desorientación al despertar de este estado. Este fenómeno puede resultar especialmente perturbador si el soñador no logra distinguir claramente entre el estado de vigilia y el de fantasía, lo que podría generar confusión y malestar.

Aunque la conciencia en los sueños ha sido mencionada en diversas culturas a lo largo de la historia, el término "sueño lúcido" fue acuñado en 1913 por el psiquiatra holandés Frederik Van Eeden, quien documentó sus experiencias personales con este fenómeno. Durante las décadas de 1970 y 1980, el psicofisiólogo Stephen LaBerge y otros investigadores llevaron a cabo estudios que confirmaron que los sueños lúcidos ocurren durante la fase REM del sueño. Estos avances permitieron la introducción de métodos científicos para inducir sueños lúcidos y estudiar su impacto en la salud mental.

En diversas tradiciones, como el budismo tibetano, este fenómeno es considerado una herramienta espiritual Los practicantes del "yoga del sueño" entrenan la mente para ser consciente durante el sueño, lo que les permite explorar y transformar su entorno onírico de manera intencionada.

Si bien algunas personas tienen sueños lúcidos de forma espontánea, muchas pueden aprender a inducirlos. Las técnicas más comunes incluyen el uso de "reality checks", la práctica de visualización y meditación, y el uso de técnicas como la MILD (Inducción Mnemotécnica de Sueños Lúcidos), que consiste en visualizarse a uno mismo reconociendo que está soñando antes de quedarse dormido.

El desarrollo de la habilidad para lograr la lucidez onírica requiere práctica y paciencia. Las investigaciones sugieren que llevar un diario puede mejorar la memoria relacionada con las experiencias del descanso, facilitando la identificación de patrones que anticipan este fenómeno. Además, técnicas como la Inducción Mnemotécnica de Lucidez (MILD) y la técnica WILD (Lucidez Iniciada por la Vigilia) pueden aumentar la probabilidad de experimentarlo.

Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, pero ¿y si pudiéramos tomar el control de ese tiempo? Los sueños lúcio ofrecen una fascinante oportunidad para explorar nuestra mente, comprender miedos y deseos, y, en muchos casos, mejorar la calidad de vida. Aunque no todos logran experimentarla de forma regular, la investigación sigue avanzando y las técnicas para inducirla están al alcance de muchos.

En resumen, este tipo de ensoñación no solo son un fenómeno curioso, sino que tienen aplicaciones terapéuticas, creativas y espirituales que pueden mejorar la vida de aquellos que los experimentan. Como descubrí en mi propia experiencia, el sueño lúcido puede ser más que un simple sueño; es una ventana abierta al inconsciente, un espacio donde el soñador puede caminar a su propio ritmo y decidir el curso de los eventos.

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