jueves, 19 de diciembre de 2024

PERÚ Y LAS CIVILIZACIONES PREHISPÁNICAS






“La literatura no cambia el mundo, pero sí cambia a las personas que pueden cambiar el mundo.”



Cuando llegué a Perú en 2014, apenas tenía un conocimiento superficial de su historia. Sabía lo básico: que mi paisano Francisco Pizarro, en el siglo XVI, había conquistado estas tierras con la ayuda de algunas tribus indígenas que veían a los incas como opresores. Había oído de la captura y muerte del Inca Atahualpa en Cajamarca en 1532, un evento que marcó el principio del fin para el gran imperio incaico. Pero poco sabía de la complejidad y la antigüedad de las civilizaciones que habían existido mucho antes de la llegada de los españoles, ni de la gran riqueza cultural que el Perú guardaba en sus suelos. Descubrir esa historia fue una de las experiencias más agradables durante mi estancia en el país.



Las Civilizaciones Mochica y Chimú


Nuestros primeros viajes al norte de Perú, en 2015 y 2017, nos abrieron los ojos a la impresionante herencia de las culturas Mochica y Chimú. En nuestra visita a Trujillo, en el departamento de La Libertad, y a Chiclayo, en Lambayeque, tuvimos la oportunidad de apreciar los vestigios arqueológicos que dan testimonio de la grandeza de estos pueblos prehispánicos.

Los Mochica, que tuvieron su apogeo entre los años 100 y 700 d.C., dejaron su huella en la costa norte de Perú. Aunque esta región es más conocida en la historia moderna por haber sido el punto de entrada de los conquistadores españoles, mucho antes fue el hogar de esta civilización avanzada. Los Moche se distinguieron por su dominio en la metalurgia, particularmente en la fabricación de objetos de oro y plata, y por su capacidad para crear cerámicas detalladas, pintadas con escenas que mostraban la vida cotidiana, ceremonias religiosas y batallas.

Uno de los sitios más impresionantes que visitamos fue el complejo de la Huaca de la Luna y la Huaca del Sol, cerca de Trujillo. Estas pirámides de adobe, que alguna vez fueron el centro de poder de la civilización Moche, se alzan en medio de un paisaje desértico. La Huaca de la Luna, en particular, nos gustó por sus intrincadas decoraciones murales y restos arqueológicos, que revelan sacrificios humanos en honor a sus deidades.

El descubrimiento más asombroso fue el de la Dama de Cao, una momia femenina hallada en el sitio arqueológico de El Brujo, a unos 70 km de Trujillo. Enterrada alrededor del año 400 d.C., fue una gobernante mochica cubierta de joyas y tatuajes de figuras animales visibles en su piel preservada.


El Señor de Sipán: El Faraón de América


En Chiclayo, visitamos la Huaca Rajada, donde en 1987 se descubrió la tumba del Señor de Sipán. Este gobernante mochica del siglo III fue enterrado con tesoros comparables a los de Tutankamón. El Museo Tumbas Reales de Sipán alberga estos objetos, incluyendo el ataúd de madera del Señor de Sipán, el primero de su tipo encontrado en América.


Chan Chan: La Ciudad de Adobe Más Grande del Mundo


También en Trujillo, exploramos Chan Chan, capital de la cultura Chimú (900-1470 d.C.). Esta ciudad de adobe cubre más de 20 km² y es famosa por sus patrones geométricos y sistema de irrigación avanzado. Aunque fue conquistada por los incas, Chan Chan demuestra la sofisticación de la arquitectura chimú.


Caral: La Civilización Más Antigua de América

Visitamos Caral en 2014, considerada la civilización más antigua de América (3000 a.C.). Situada en el valle de Supe, Caral no conocía la cerámica ni la escritura, pero sí la arquitectura monumental y la agricultura mediante irrigación, lo que permitió su desarrollo en el desierto.


Machu Picchu y los Incas

Los incas dominaron gran parte de Sudamérica hasta la llegada de los españoles. En Cusco y Machu Picchu vimos su legado arquitectónico. Este último, construido en el siglo XV y enclavado en los Andes, representa una hazaña de ingeniería y armonía con la naturaleza.


Nazca: Los Misterios del Desierto

Al sur, en Nazca, descubrimos los famosos geoglifos, figuras gigantes solo visibles desde el aire. Visité este lugar tres veces, incluyendo un sobrevuelo que me dejó perplejo sobre su origen y propósito.


Chavín de Huántar: Un Centro Religioso y Político

Finalmente, en Ancash, visité el templo de Chavín de Huántar (900–200 a.C.), un centro religioso que influyó en culturas posteriores. Su arquitectura compleja y esculturas monumentales como el Lanzón son testimonio de su importancia.


Perú, más allá de su belleza natural, está profundamente marcado por su pasado. Estas civilizaciones prehispánicas desarrollaron tecnologías, sistemas sociales y creencias que siguen sorprendiendo. Recorrer sus vestigios fue una experiencia transformadora.

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