No esperes la vida perfecta, haz perfecta la vida que tienes.
Hace poco oí hablar de la “regla Fibonacci”. El término me sonó extraño, así que investigué. Descubrí que en realidad se referían a la sucesión de Fibonacci.
La sucesión comienza con 0 y 1. Cada número siguiente es la suma de los dos anteriores: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144…
El matemático italiano Leonardo de Pisa, conocido como Fibonacci, la introdujo en Europa en 1202 en su libro Liber Abaci.
La sucesión de Fibonacci aparece en muchos ámbitos:
· Naturaleza: distribución de hojas, espirales de piñas y girasoles, forma de las conchas.
· Arte y arquitectura: estructuras como el Partenón y obras de Da Vinci usan la proporción áurea.
· Finanzas: los analistas técnicos aplican los retrocesos de Fibonacci para prever movimientos de mercado.
· Gestión de proyectos: en metodologías ágiles como Scrum, se usa para estimar la dificultad de las tareas.
Un dato curioso: en la Premier League 2025, algunos analistas detectaron patrones en los resultados que coinciden con la sucesión. Quizás sea casualidad, pero muestra cómo este patrón se cuela en lugares insospechados.
Lo que empezó como una curiosidad terminó revelando algo más grande: la sucesión de Fibonacci no es solo matemáticas. Es un patrón que encontramos en la naturaleza, en el arte, en la economía y hasta en el deporte. Una prueba de que las matemáticas están más presentes en nuestra vida de lo que creemos.
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