La ciencia no da respuestas inmediatas, pero enseña a hacer las preguntas correctas.
Cuando leí esto me quedé alucinado. Aunque no podamos ver un gato vivo y muerto al mismo tiempo ni partículas comunicándose a distancia, estos fenómenos ya están transformando la informática, las comunicaciones y la medicina.
La revolución cuántica no es una teoría del futuro: ha comenzado.Hace unos cien años, los físicos Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg cambiaron nuestra forma de entender el mundo. A nivel microscópico, la naturaleza no sigue reglas fijas. En lugar de un universo ordenado, descubrieron uno impredecible, donde partículas como los átomos pueden estar en varios lugares al mismo tiempo o influirse entre sí a grandes distancias sin contacto físico.
Explican que la superposición cuántica ocurre cuando una partícula, como un electrón, no está en un solo lugar, sino en varios a la vez. Este fenómeno solo se resuelve cuando la partícula no es observada. En el mundo cotidiano, una pelota está aquí o allá, pero nunca en dos sitios a la vez. En el mundo cuántico, hasta que no se mide, una partícula puede ocupar varios estados simultáneamente. Esto que sigue me descuadró totalmente. El experimento mental del gato de Schrödinger que ilustra esta idea: un gato en una caja está vivo y muerto al mismo tiempo, hasta que alguien abre la caja y el estado se define.
El entrelazamiento cuántico es aún más extraño. Cuando dos partículas se entrelazan, quedan conectadas sin importar la distancia. Si se mide una, su estado queda fijado y, al instante, la otra toma el estado opuesto, aunque esté a millones de kilómetros. Einstein llamó a esto “acción espeluznante a distancia”.
He leido que estos fenómenos, aunque parezcan lejanos, ya están empezando a cambiar la tecnología. Se están desarrollando computadoras cuánticas que usan cúbits, capaces de representar 0 y 1 al mismo tiempo. Esto permitiría resolver problemas muy complejos en segundos, tareas que a las computadoras tradicionales les llevarían siglos. Con ellas se podrían optimizar rutas de transporte, predecir mercados financieros o acelerar el descubrimiento de medicamentos.
También se están creando sensores cuánticos, que funcionan como detectores ultraprecisos. Estos sensores podrían predecir terremotos, detectar señales cerebrales relacionadas con enfermedades como la demencia, o ver detalles invisibles para la tecnología actual.
Otro avance es la comunicación cuántica. A través del cifrado cuántico, los mensajes estarían protegidos de forma absoluta: si alguien intenta interceptarlos, el sistema lo detecta de inmediato y bloquea la intrusión.
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