jueves, 12 de junio de 2025

LEYENDA NEGRA. SEGUNDA PARTE

Imagen ilustrativa sobre la segunda leyenda negra de España

La Segunda Leyenda Negra: España y su exclusión internacional en la posguerra



La exclusión de España del Plan Marshall, su aislamiento diplomático y su caracterización como una anomalía europea durante la Guerra Fría no pueden explicarse únicamente por la dictadura de Franco. Una herencia de estigmas históricos, reforzada por la propaganda cultural y la geopolítica selectiva de las potencias vencedoras, consolidó lo que hoy varios historiadores ya definen como una “segunda leyenda negra”.

Este fenómeno no tuvo la misma intensidad ideológica que la del siglo XVI, pero sí un efecto similar: condenar a España al margen de los procesos clave del desarrollo occidental, en nombre de principios que se aplicaron de forma desigual.

La conocida Leyenda Negra del siglo XVI, alimentada por rivales europeos como Inglaterra y los Países Bajos, pintó a España como una potencia cruel, oscurantista e intolerante. Esta narrativa —difundida mediante propaganda y crónicas adversas— sirvió para desacreditar a un imperio que, en ese momento, dominaba vastos territorios globales. Lo que resulta sorprendente es cómo ciertos elementos de esta visión negativa reaparecieron siglos después, durante el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Varios estudios recientes coinciden en que una forma moderna de leyenda negra —una “segunda leyenda negra”— resurgió entonces, estigmatizando a España no solo por su régimen dictatorial, sino por factores culturales e históricos más amplios.

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, España fue deliberadamente marginada del sistema internacional reconstruido por las potencias aliadas. En 1946, la recién fundada Organización de las Naciones Unidas recomendó el retiro de embajadores de Madrid, condenando al régimen franquista a un aislamiento diplomático que duró hasta mediados de los años 50. Además, a diferencia de Alemania Occidental o Japón —ambos responsables directos del conflicto global—, España fue excluida del Plan Marshall, el programa estadounidense de recuperación económica para Europa.

Este rechazo ha sido analizado no solo como una reacción al autoritarismo de Franco, sino también como un fenómeno que incorporó viejos prejuicios culturales. Como señala el historiador David Brydan (Franco’s Internationalists, 2019), esta marginación tuvo una clara carga simbólica, reforzando la imagen de España como una nación reaccionaria, “no confiable” y ajena a la modernidad occidental.

Uno de los puntos más llamativos de esta exclusión fue el doble estándar aplicado por Estados Unidos. Alemania, responsable del Holocausto y de los peores crímenes del siglo XX, fue objeto de una rápida rehabilitación y apoyo. Incluso políticos con vínculos al nazismo, como Hans Globke o Theodor Oberländer, ocuparon cargos públicos en la nueva Alemania Occidental. Mientras tanto, España, que no participó directamente en la guerra, fue tratada como un Estado paria. Esto, a pesar de que Franco había reprimido internamente al comunismo y mantenido una postura de neutralidad oficial, aunque con simpatías por el Eje.

Esta situación ha llevado a historiadores como Sebastiaan Faber o Stanley G. Payne a preguntarse si la exclusión no respondió tanto a principios democráticos como a prejuicios estructurales sobre lo “español”.

El Plan Marshall fue más que un programa económico: fue un instrumento estratégico para consolidar la hegemonía occidental frente a la amenaza soviética. La inclusión de países como Francia, Italia e incluso Alemania —a pesar de sus pasados autoritarios recientes— contrastó drásticamente con la exclusión de España.

El historiador D.A. Messenger, en Beyond War Crimes: US Policy in Franco’s Spain after WWII (2011), sostiene que la decisión de excluir a España respondió tanto a razones morales como a una necesidad simbólica de reafirmar un nuevo orden democrático, aunque esas mismas reglas no se aplicaron con igual severidad en otros contextos.

La hostilidad internacional no se limitó al terreno político o económico. Como señala Nathaniel Rosendorf en su estudio sobre propaganda y turismo (Franco Sells Spain to America, 2014), el régimen franquista tuvo que embarcarse en una campaña internacional de relaciones públicas para intentar mejorar su imagen en el mundo anglosajón. Esta necesidad de “vender” España como un destino amigable y moderno ilustra el grado de estigmatización heredado.

La retórica antifranquista fue también alimentada por exiliados republicanos y por medios de comunicación británicos y franceses, muchos de los cuales veían a España como un reducto del viejo fascismo europeo.

Varios académicos, como Sebastián Balfour y María Pilar Jáuregui, han reflexionado sobre cómo la Leyenda Negra evolucionó y se adaptó a los tiempos. En vez de denunciar la Inquisición o la Conquista de América, el discurso negativo se trasladó a la represión franquista, el atraso económico y la supuesta incapacidad española para alinearse con la modernidad europea.

La normalización llegó en 1953 con los Acuerdos de Madrid, mediante los cuales Estados Unidos accedió a proporcionar ayuda económica a cambio de bases militares estratégicas en suelo español. Pero para entonces, España había perdido los años clave de la reconstrucción europea y quedó al margen del proceso de integración inicial que dio origen a la actual Unión Europea.

Esta entrada tardía y condicionada alimentó aún más el sentimiento de agravio en sectores intelectuales españoles, que vieron cómo antiguos enemigos eran rehabilitados y su país seguía siendo percibido con recelo.


miércoles, 11 de junio de 2025

KIRCHNERISMO Y SANCHISMO

 


Cuando la realidad choca con sus creencias, el obstinado no duda: cambia la realidad


 

Hoy mi amigo Pepe, desde otra parte del mundo, me decía: si Argentina pudo desembarazarse del kirchnerismo, España podrá hacerlo con el sanchismo.

Tiene razón. Kirchnerismo y sanchismo son dos variantes de poder personalista y oportunista. Deben terminar igual. Kirchner disfrazó de épica transformadora una estrategia de confrontación y concentración. Sánchez ha convertido la política en teatro: sin principios estables, con alianzas cambiantes y narrativa oportunista. Ambos utilizan el relato para ocultar la falta de un proyecto real, y los dos han terminado atrapados en sus propios excesos.

Este ensayo compara dos modelos de poder que crecieron explotando la polarización y el relato manipulado a conveniencia. El kirchnerismo terminó consumido por su propio desgaste. El sanchismo sigue avanzando, aunque cada vez más desgastado y con un final que puede arrastrar al socialismo español a su peor crisis histórica.


Análisis Comparativo


Similitudes:

  • Personalismo extremo: Tanto Kirchner como Sánchez basaron su liderazgo en su figura personal, desdibujando los partidos tradicionales que los llevaron al poder: el peronismo y el socialismo.

  • Manipulación del relato: Ambos usaron discursos simbólicos —derechos humanos y memoria histórica— como herramientas de poder, más que como compromisos reales.

  • Polarización como método: Hicieron de la confrontación su principal herramienta política para sostenerse.

  • Alianzas oportunistas: Pactaron con sectores ideológicamente opuestos para mantenerse en el poder: populismos regionales en Argentina, independentistas en España.

  • Corrupción y opacidad: Ambas experiencias terminaron manchadas por escándalos de corrupción que deterioraron su credibilidad.

  • Erosión institucional: El control absoluto de los partidos y la debilitación de la separación de poderes fueron una constante.


Diferencias:

  • Contexto económico: El kirchnerismo aprovechó un ciclo de bonanza por los altos precios de las materias primas; el sanchismo ha tenido que navegar en un contexto de fatiga económica y alta deuda.

  • Estado actual: El kirchnerismo es historia pasada, enfrentado a su declive. El sanchismo sigue gobernando, aunque muestra síntomas de agotamiento.

  • Aproximación internacional: Kirchner se alineó con el populismo latinoamericano; Sánchez ha virado entre acercamientos pragmáticos y concesiones ideológicas sin rumbo claro.


KIRCHNERISMO


Kirchnerismo: confrontación, personalismo y agotamiento político

No fue un ciclo político más en la historia reciente de Argentina. Nació de una crisis, creció en un entorno favorable y terminó atrapado en su propio laberinto de poder, conflicto y desgaste. Se puede afirmar que su legado es tan complejo como contradictorio: un proyecto que prometía transformar y terminó atrapado en su propia lógica de confrontación, concentración y deterioro.

Néstor Kirchner no llegó al poder por un mandato popular arrasador. Apenas cosechó el 22 % de los votos en 2003, beneficiado por el retiro de Carlos Menem en la segunda vuelta. Sin embargo, creyó que, en una sociedad descompuesta tras la crisis de 2001, el liderazgo fuerte era una demanda pendiente. Desde ese punto de vista, Kirchner construyó poder con engaño: se apropió del discurso de los derechos humanos, rompió con el peronismo tradicional en Buenos Aires, reestructuró la Corte Suprema y se aprovechó de la coyuntura del ciclo global de materias primas para sostener crecimiento económico, superávit fiscal y estabilidad.

El modelo demostró su eficacia mientras la economía crecía de forma sostenida. El superávit doble —cuando un país tiene saldo positivo tanto en sus cuentas públicas como en su comercio exterior—, el tipo de cambio alto y los precios internacionales favorables le dieron margen para implementar políticas expansivas, aumentar el consumo y reducir la pobreza. Pero todo eso tenía un alcance limitado. La inflación comenzó a asomar, y el gobierno eligió ocultarla antes que enfrentarla: intervino el Instituto de Estadística, falseó los datos públicos y rompió un contrato básico de confianza entre el Estado y la sociedad.

El kirchnerismo nunca fue un proyecto de integración ni de consenso. La polarización se convirtió en su sello distintivo. Desde el primer momento eligió dividir: amigos o enemigos. Cualquier disidencia era tratada como traición. El relato oficialista exaltó esa lógica de confrontación: primero contra el poder económico, luego contra el campo, más tarde contra los medios de comunicación y, finalmente, contra todo aquel que no se alineara. Cada victoria electoral se interpretaba como un cheque en blanco. Cada derrota, como una conspiración.

Detrás del relato de los derechos humanos, la reindustrialización y la “década ganada”, crecía otra Argentina: la de la corrupción sistemática, el manejo discrecional de fondos públicos y el uso del aparato estatal como herramienta de construcción política. Los fondos de Santa Cruz administrados por Néstor Kirchner, la obra pública direccionada, los negocios hoteleros de la familia Kirchner, los sobornos registrados en los “cuadernos de la corrupción”, son parte de esa cara oculta que el discurso épico no pudo tapar.

El kirchnerismo tuvo éxito al usar la causa de los derechos humanos como herramienta de legitimación. Pero instrumentalizó esa bandera: reescribió el prólogo del Nunca Más, redefinió el relato sobre la violencia política y monopolizó la memoria colectiva. Las organizaciones de derechos humanos, que en otro tiempo fueron baluartes de independencia, quedaron absorbidas dentro del proyecto kirchnerista, perdiendo parte de su credibilidad.

Con el tiempo, las debilidades del modelo económico quedaron expuestas. La política de subsidios generalizados distorsionó precios relativos, desincentivó la inversión y comprometió las cuentas públicas. La nacionalización del Fondo de Pensiones (AFJP) aportó liquidez inmediata, pero supuso un retroceso institucional al eliminar el sistema de ahorro privado para las jubilaciones. La expropiación de YPF terminó en un juicio multimillonario que aún hoy arrastra consecuencias económicas.

El “vamos por todo” no fue solo un eslogan: mostraba la intención de acallar cualquier disidencia y concentrar el poder en pocas manos. Cuando Néstor Kirchner murió en 2010, dejó un aparato político fuerte, pero también un modelo económico que empezaba a agotarse. Cristina Fernández de Kirchner, viuda y con un respaldo electoral amplio, siguió la misma línea, con menos margen de maniobra y un tono más cerrado.

Después de la elección de Cristina Fernández, la economía mundial dejó de jugar a favor. Los precios de las materias primas bajaron, las restricciones cambiarias bloquearon el acceso a dólares y frenaron el crecimiento. La inflación, antes contenida, se desbordó. La corrupción, antes encubierta, estalló en causas judiciales que alcanzaron a funcionarios de primera línea y a la propia familia presidencial.

La política exterior siguió una lógica de alineamientos ideológicos antes que pragmáticos. El acercamiento a Venezuela, el distanciamiento de Estados Unidos y Europa, y el aislamiento en el sistema financiero internacional debilitaron la posición argentina justo cuando más necesitaba inversiones y financiamiento.

Dejó algunas lecciones claras: que el relato sin resultados termina agotándose; que la concentración de poder erosiona las instituciones y siembra desconfianza; y que la polarización permanente puede sostenerse un tiempo, pero no construye una sociedad más cohesionada ni un Estado más sólido.

Néstor Kirchner entendió la Argentina post-crisis: vio la oportunidad y supo aprovecharla. Pero su proyecto se construyó sobre bases inestables: el uso constante de la confrontación, la falta de visión económica a largo plazo y la utilización unilateral de la memoria histórica como herramienta política. El kirchnerismo quedó atrapado en sus propios excesos.

Hoy se enfrenta al ocaso no solo por desgaste natural, sino porque la sociedad argentina ha cambiado. Los mismos mecanismos que antes generaban adhesión —relato épico, polarización, asistencialismo— ahora generan rechazo. La inflación, la inseguridad y la falta de futuro pesan más que cualquier ideario.

No fue solo un ciclo político, sino una forma de entender la política: como una guerra permanente, un juego de suma cero, una acumulación de poder sin límites. Aquella ambición desmesurada que prometía cambiarlo todo acabó agotándose a sí misma y agotando a todo un país.


SANCHISMO


Sanchismo: oportunismo, poder personal y desgaste político


El sanchismo no es una doctrina ni un proyecto ideológico sólido. Es una forma de poder basada en el oportunismo, la manipulación del relato y el personalismo extremo. Pedro Sánchez ha construido un modelo político que gira en torno a su figura, usando la imagen de la izquierda como simple mercancía electoral, mientras aplica prácticas alejadas de los valores tradicionales del socialismo democrático.

Desde su llegada a La Moncloa mediante una moción de censura, Sánchez ha oscilado entre pactos tácticos y cambios constantes de posición. No tiene principios claros; actúa según la conveniencia inmediata. El gobierno se ha convertido en un teatro donde alianzas y discursos cambian según el día: acuerdos con independentistas, pactos con populistas, o mensajes de moderación o radicalidad, según lo exija el momento.


Se sostiene en una narrativa fluida y adaptable. Desde el Open Arms hasta la relación ambigua con Unidas Podemos, pasando por su autoproclamado papel como muro contra el independentismo, Sánchez ha demostrado una habilidad para reescribir el discurso en función de las circunstancias. No importa que ayer llamara “socio preferente” a quien hoy tacha de “enemigo de la democracia”; lo esencial es conservar el poder.

Esta incoherencia no es casual, es estructural. Como señala David Runciman, el verdadero peligro es quien no reconoce los límites de su propia hipocresía. Sánchez ha llevado esto al extremo: su palabra no tiene peso si la coyuntura exige contradecirse.

Su equipo de poder, formado hace más de dos décadas, ha hecho del PSOE un instrumento personal. La dirección del partido ha sido vaciada, el Comité Federal no tiene autonomía y el presidencialismo domina de hecho. El PSOE ha dejado de ser un partido de Estado para convertirse en una máquina electoral al servicio de una sola persona.

En política económica, el sanchismo ha dañado a las clases medias, ampliado la desigualdad y fortalecido a una élite política desconectada de la realidad social. La gestión de los fondos públicos ha sido opaca, y los casos de corrupción han salpicado su entorno más cercano.

La gestión se disfraza de progresismo altamente cualificado, pero se basa en populismo de izquierda y autoritarismo sin rumbo. El control del relato ha desplazado a la autocrítica y la confrontación ha sustituido al debate político. La falta de respeto por la separación de poderes y los acuerdos con Bildu han erosionado el Estado de derecho. El abandono de reformas estructurales ha dejado a España en un estado de fatiga económica y fragmentación social.

Mientras tanto, los votantes de izquierdas, que alguna vez vieron en Sánchez un dique contra la derecha, ahora perciben el vacío detrás de la fachada. Muchos intelectuales han denunciado esta deriva, como Fernando Savater y Javier Cercas.

En definitiva, el sanchismo es un proyecto agotado en sí mismo, una combinación de oportunismo, populismo y autoritarismo que degrada la política española. Para que la izquierda pueda sobrevivir, deberá deshacerse del lastre sanchista y volver a sus principios fundacionales: justicia social, respeto institucional y consenso.

 

 

 

 

 

martes, 10 de junio de 2025

BIOLECTRONICA NO FICTICIA



Materiales blandos e inteligentes:


El futuro de la bioelectrónica ya está aquí.


La línea que separa biología y tecnología es cada vez más delgada. Uno de los avances más importantes en esta convergencia es el desarrollo de materiales blandos e inteligentes para dispositivos bioelectrónicos. Estos materiales no son una promesa futura: ya están aquí, revolucionando la bioelectrónica y acercando la integración natural entre cuerpo y tecnología.

Estuve viendo un artículo  en Cellular and Molecular Systems que muestra cómo estos materiales ya se aplican en campos que antes parecían ciencia ficción:

  • Sensores implantables que miden glucosa o ritmo cardíaco sin necesidad de pinchazos.

  • Interfaces cerebro-computadora que permiten a personas con discapacidades motoras controlar dispositivos con la mente.

  • Estimulación nerviosa y muscular para tratar dolencias o mejorar la movilidad.


Algunos de estos pueden autorrepararse si se dañan, como lo hace la piel, o responder a cambios en el entorno del cuerpo —temperatura, pH, humedad— ajustándose automáticamente. Me acordé entonces de la película de "Terminator" cuando leí esto. 

La tecnología empieza a hablar el mismo “idioma” que nuestro cuerpo. En lugar de dispositivos rígidos y fríos, la ciencia diseña materiales que imitan la suavidad y flexibilidad de los tejidos humanos. Polímeros conductores, hidrogeles y materiales compuestos no solo son cómodos, también pueden integrarse de manera natural con el cuerpo.

A pesar de los avances, persisten desafíos: lograr que estos dispositivos sean duraderos, que se comuniquen con precisión con el cuerpo y que puedan producirse en masa sin perder calidad.Todo apunta a una medicina más íntima, donde la tecnología deja de ser un accesorio y se convierte en parte del cuerpo. Esto no solo mejora la calidad de vida, sino que también nos obliga a repensar qué significa estar sano, vivir con una discapacidad o incluso qué significa ser humano.

lunes, 9 de junio de 2025

OTRA LITERATURA

"La historia la escriben los vencedores, pero los vencidos también tienen derecho a contar su versión, aunque a veces nadie quiera escucharla."


Fernando Vizcaíno Casas: memoria, sátira y las verdades incómodas de la Transición



Este año, en el cincuentenario de la muerte de Franco, su figura ha vuelto con fuerza al debate público. El presidente Sánchez ha programado más de cien actos oficiales en torno a la efeméride. Y uno no puede evitar preguntarse si, más que recordar, no se trata de revivir al General desde la política, con fines poco claros. Exhumaciones, leyes de memoria, homenajes selectivos. En medio de todo este ruido, me vino a la mente un nombre que descubrí justo después de la muerte de Franco, en 1975: Fernando Vizcaíno Casas.


Sus libros fueron una ventana para entender lo que pasó y lo que vino después, contados no desde los manuales ni desde la épica, sino desde la ironía y la sátira.


¿Lo recordarán las nuevas generaciones? No lo creo. Pero deberían leerlo. Sus textos te hacen sonreír y pensar. Porque eso también es memoria histórica: escuchar todas las voces, incluso aquellas que incomodan al relato oficial.Fue Abogado, periodista, dramaturgo y escritor. Vizcaíno Casas combinó su carrera como laboralista con una prolífica obra literaria. Se le considera uno de los narradores más prolíficos de la Transición, habiendo vendido más de cuatro millones de ejemplares. Su estilo directo e irónico conectó con un público amplio, cansado de eufemismos y discursos acomodados. A lo largo de novelas, guiones, obras de teatro y columnas periodísticas, dejó su sello: una mirada crítica y ácida sobre la España que emergía del franquismo. Fue admirado por muchos, rechazado por otros tantos, pero nadie puede ignorarlo.


Entre sus obras destacan:


“…Y al tercer año, resucitó” (1978), su mayor éxito editorial: una historia-ficción en la que Franco resucita en la España democrática.

Las autonosuyas” (1981), sátira sobre el proceso autonómico.

“Cien años de honradez” (1984), crítica a la corrupción democrática.

“De camisa vieja a chaqueta nueva” (1976), reflexión sobre el oportunismo político tras la Guerra Civil.

“¡Viva Franco! (con perdón)” (1980), defensa provocadora de los logros del franquismo.

“Zona Roja” (1986), retrato autobiográfico de la Guerra Civil desde la infancia del autor.

Lo que más me gustaba de Vizcaíno Casas era su capacidad para usar el humor como forma de crítica. Sus novelas no ofrecían verdades absolutas; exponían contradicciones, ridiculizaban dogmas y mostraban las paradojas de un país que cambiaba deprisa, pero no siempre con coherencia.

En sus libros hay una memoria alternativa, incómoda, pero necesaria. El progresismo de izquierda la mantiene tapada. Una voz ausente de los actos oficiales y discursos conmemorativos, pero que formó parte del mismo proceso de transformación. Recordarlo hoy importa. Vivimos un tiempo en el que la memoria se administra como recurso político. No solo se exhuman muertos, también relatos convenientes. Vizcaíno Casas recuerda con su obra que la historia reciente de España no se entiende con una sola voz. En estos momentos la de Pedro Sánchez. Reírse, incluso de lo más serio, es una forma de pensar. De mirar el pasado sin solemnidad, pero con inteligencia.

Fernando Vizcaíno Casas fue un escritor que no pidió permiso para hablar. Escribió desde su ideología, sí, pero también desde una mirada aguda sobre la realidad. Leerlo hoy es asomarse a un espejo distinto y revelador de una España que todavía busca entenderse y que otros pretenden difuminar.

Si no lo has leído, anímate. Te divertirás y aprenderás. Porque, a fin de cuentas, eso también es hacer memoria.

TEATROS ROMANOS

 


No esperes a que las oportunidades lleguen, créalas tú mismo.


         

TEATROS ROMANOS EN ESPAÑA

 

 

Hoy comparto una reflexión personal sobre una de las expresiones arquitectónicas que más me han impactado: los teatros grecorromanos, especialmente los romanos. Estas estructuras no eran solo espacios escénicos, sino también símbolos de poder, cultura y cohesión social. Su diseño muestra tanto la habilidad técnica como la visión política de su época.

 

Este texto no es un análisis académico. Es una recopilación de experiencias, bocetos y lecturas, una mirada personal construida tras años de visitas a estos monumentos. Acompaño el recorrido con dos vídeos disponibles en YouTube que incluyen fotos y fragmentos grabados en los lugares mencionados.

 

Teatros Romanos en Hispania

Comparto a continuación una selección de teatros romanos que aún se conservan en la antigua Hispania (España)...

 

LUSITANIA (HISPANIA)

 

La provincia de Lusitania ocupaba la actual región de Extremadura en España; el Algarve,  el Alentejo y la actual región Centro de Portugal. Solo en la provincia de Badajoz (España) hay restos de tres lugares, de la época de Roma, donde aún se pueden ver parte de los antiguos teatros de las villas romanas. Son las antiguas Emérita Augusta, Metellium y Regina Tudolorum. 


Teatro de Mérida


El teatro de Mérida, en la antigua Emérita Augusta, es el mejor conservado de los edificados en la provincia de Badajoz y en España. Fue inaugurado en el año 15 antes de Cristo. Su primera remodelación se hizo un siglo después, y una segunda en la época de Constantino. Su abandono se produjo en el siglo V después de Cristo. Tras sufrir saqueos fue recubierto de tierra. 

Las primeras excavaciones de la era moderna tuvieron lugar en el año 1910, y la reconstrucción a finales de los años 60 del pasado siglo. Mérida cuenta con uno de los más significativos conjuntos arqueológicos del mundo de la época romana. Conserva un anfiteatro, hipódromo, arcos, acueducto y el Museo Nacional de arte romano de España. Hemos estado varias veces en Mérida viéndolo. Recuerdo que mi primera visita la hice cuando estudiaba en el Instituto Zurbarán de Badajoz a finales de los años 60 del pasado siglo. La última vez que vimos el conjunto fue en el año 2009, aunque en agosto 2020 estuvimos en Mérida viendo el Museo Nacional una tarde.

Mérida merece una visita por la gran cantidad de restos arqueológicos de esta época y otras que se conservan en muy buen estado. Ver mi otro blogs Roma en Extremadura. 


Teatro de Medellín


La ciudad extremeña de Medellín (Badajoz) o Metellium en la época romana, figura en la historia como el lugar donde nació Hernán Cortés el conquistador de México, pero en el año 79 antes de Cristo fue fundada por un cónsul romano llamado Metellium. 

Los restos arqueológicos romanos que existen fueron encontrados a finales de los años 60 del pasado siglo si bien los trabajos de excavación y de rehabilitación empezaron el año 2007. Los expertos consideran que el teatro romano fue construido en la transición del inicio de la era cristiana. Conocimos en el Teatro Romano de Medellín el 2 de enero de 2019 después de pasar las fiestas de Año Nuevo en Badajoz. 



Teatro Regina



Teatro de Regina se encuentra en las proximidades de Puebla de la Reina en la provincia de Badajoz y a 1:30 hora de distancia de la capital extremeña. Fue construido en el siglo I antes de Cristo y abandonado en el siglo IV después de Cristo. La urbe romana asentada en este lugar se llamaba Regina Turdolorum. Este lugar lo visitamos el 30 de diciembre de 2018. 
El teatro tenía capacidad para unos 1000 espectadores y ha sido reconstruidorecientemente. Esta zona de la provincia de Badajoz cuenta con otros centros arqueológicos de distintas épocas. Entre ellos está el Castillo de Reina y la capilla de Nuestra Señora de Ara en Fuentes de Arco, denominada la Capilla Sixtina extremeña. Ambos lugares muy cercanos al teatro Regina. Un lugar para comer en esta zona es el restaurante la Cuadra de en Casa de Reina.





Baetica (Hispania)


Esta provincia de Roma comprendía parte de la actual Andalucía occidental, que incluyen provincias como Sevilla, Huelva y Málaga entre otras. Los teatros de la Baetica en que hemos estado son: el de Gadea (Cádiz), Malaca (Málaga), Baelo Claudia (Tarifa), Guadix (Granada), Acinippo (Málaga) 



Teatro de Cádiz



Gades situada en la actual Cádiz (Andalucía) tiene un teatro que es uno de los pocos mencionados por antiguos escritores de esta época. Fue construido por una familia poderosa asentada en Cádiz, los Balbo a quién Estrabón y Cicerón señalaban en algunos escritos. El teatro tenía capacidad para unos 20.000 espectadores siendo uno de los de mayor tamaño en la antigua Hispania y también de los primeros en construirse. Fue descubierto en el año 1980 cuando se pretendía encontrar el Castillo de la Villa de la época medieval. Los estudios realizados indican que si se demolieran algunos de los edificios contiguos, permitiría sacar a la luz otras importantes parte del mismo teatro. Actualmente se puede recorrer las galerías y gradas y se observa parte de la cavea y orchestra.



Teatro Baelo Claudia



La antigua ciudad romana de Baelo Claudia se encuentra muy próxima, a la actual ciudad de Tarifa en la provincia de Cádiz. Su ubicación es en la playa de Bolonia. Cuenta con un teatro cuya construcción se inició en el siglo I antes de Cristo por lo que es de los más antiguos de España. Tiene casi 70 m de fachada. La Orchestra tiene 16 m de diámetro y no conserva como otros teatros el suelo original de la cavea, en este caso hay arena. Tiene sin embargo en la parte alta de las gradas varias puertas de acceso a las mismas. Como casi todos los edificios similares fue abandonado en el siglo III después de Cristo y reconvertido para otras actividades, aprovechándose la mayor parte de sus elementos para la construcción de otros edificios en épocas posteriores.





Teatro de Acinipo


Situado en las proximidades de Ronda en la provincia de Málaga, fue construido al igual que otros en el siglo I antes de Cristo. El asentamiento donde se encuentran los restos arqueológicos sirvió anteriormente de asentamiento en la época del cobre y del bronce. De Acinipo habló en sus textos Plinio el Viejo y tuvo esplendor hasta el siglo III de nuestra era. Como todas las construcciones del imperio romano, después de su decadencia y desaparición, todos los elementos de edificios y otras construcciones,  fueron utilizados para construcción de iglesias y basílicas cristianas. Cuando estuvimos a visitarlo en 2018, solo pudimos verlo desde el exterior.




Teatro de Málaga


El Teatro Romano de Málaga, está situado en la ladera de una montaña, de la capital andaluza. La antigua Malaca, pertenecía también a la Bética En época posterior a la dominación romana, sirvió para la construcción de una Alcazaba árabe. Los restos arqueológicos se descubrieron en el año 1951 con motivo de unas excavaciones. No fue hasta hace poco tiempo que se rehabilitó y se sacaron todas las estructuras al aire libre. Su construcción data como en casi todos los existentes en España, del siglo I después de Cristo. Se dejó de utilizar como los demás en el siglo III y la zona sirvió para ubicar una industria de salazones. En épocas más recientes fue ocupado por la casa de la cultura qué fue derribada totalmente para sacar a la luz los restos del teatro. 




                                     Tarraconensis (Hispania)



Tarraco, la actual Tarragona fue la capital de esta provincia.  Conserva su teatro. Fue una de las provincias romanas mas grande hasta el siglo III en que se reorganizó por Diocleciano esta parte del imperio. En la capital llegó a residir el Emperador Augusto. Existen otros vestigios mejor conservados que el teatro.


El teatro se encuentra en muy mal estado de subsistencia. Junto al de Guadix son los que menos elementos tienen del periodo en que estuvieron activos. Apenas queda un tramo de cuatro filas que han sido reconstruidas. Estas se pueden observar desde el exterior del recinto que se encuentra amurallado. Carece de interés el visitarlo por ese motivo. A partir del año 1919 sufrió un importante deterioro siendo sepultado bajo edificios y almacenes. En el año 1970 fue redescubierto al derribarse los almacenes para construir viviendas. Quedo paralizadas las obras y tras un litigio de mas de 30 años se le considera un bien de interés cultural. Actualmente junto al tramo de filas próximas a la Orchestra se puede observar forjado para su reconstrucción total, aunque la apariencia es que las obras están paralizadas.



Teatro Tarragona 2024





Teatro Tarragona 1919



Guadix, antigua Iulia Gemella,  es una ciudad de la provincia de Granada (Andalucía oriental) pese a lo cual en la época romana correspondía a la provincia Tarraconensis. Paramos en Guadix para comer de camino en un viaje hacia Granada en 2019. Me sorprendió el ver los restos de un antiguo Teatro Romano situado en una zona bien visible a la entrada de la ciudad. Según la información que recopilé, este teatro había sido descubierto en el año 2008 cuando se realizaban unas obras para construir un aparcamiento. La construcción del antiguo teatro se inició en el año 25 de la era cristiana y estuvo en funcionamiento durante unos 300 años. Fue expoliado en los siglos siguientes hasta casi su total desaparición. 

La parte más visible que se puede apreciar son la de la orchestra y cavea. las excavaciones continúan sacando restos de esta época.




Teatro Guadix




Apuntes del tetro de Guadix


El teatro de Pollentia situado en el municipio de Alcudia en la isla de Mallorca, constituye junto a otros restos arqueológicos del siglo I y II de la era cristiana, una antigua ciudad romana construida en el norte de la isla. Este antiguo teatro tenía capacidad para unos 1000 personas y sus restos comprenden la grada y la cavea y poco más. En épocas posteriores a Roma el material con el que se construyó el teatro sirvió para construir como en otros muchos casos, Iglesia ye edificios. Aquí sirvieron para la fundación de la ciudad amurallada de Alcudia. En la época medieval sirvió como cementerio, siendo sus usadas sus gradas como sepulcros. Vimos este conjunto arqueológico en octubre del año 2019. 

En esta zona solo se ha excavado el 10% de la superficie que fue la ciudad romana de Pollentia en la antigua Tarraconensis. 




Teatro de Pollentia




En Cartagena (Murcia),  la antigua Cartago Nova,  estuvimos el 15 de junio del año 2014, justo un mes antes de emprender mi última etapa profesional en Perú. Volvimos con uno de mis nietos en enero de 2022. No conocíamos esta bonita ciudad y por supuesto que tuviera un teatro de la época romana. Lo más sorprendente para mi fue conocer que había sido descubierto en el año 1988. 

Nadie sabía al parecer de su existencia porque había permanecido oculto entre otras construcciones de épocas posteriores, entre ellas una catedral del siglo XIII. Poco hay escrito sobre este teatro. Si se sabe que fue construido durante el Gobierno de Augusto y que tenía una capacidad para unos 7000 espectadores ha estado oculto casi 2000 años. Merece la pena ver también las termas de esta época que se encuentran en otro lugar próximo.




Teatro de Cartagena



El conjunto arqueológico de Segóbriga se encuentra situada en el término municipal de Saelice en la provincia de Cuenca, a 100 km de Madrid y 320 de Alicante. Por lo tanto, pertenece a la antigua Carthaginensis este teatro fue construido alrededor del año 78 antes de Cristo. En este lugar antes de la llegada de los romanos existía un enclave celtíbero. El teatro es de pequeñas dimensiones y además este, quedan restos de un anfiteatro, termas y otros vestigios de la época romana. La ciudad de Segóbriga debe su existencia desde muy antiguo por la ubicación en sus proximidades de minas del lápis specularis o cristal de yeso que tenía en la época de los romanos y culturas anteriores, el mismo uso que le damos actualmente al vidrio. 

Vimos este lugar, pese a que pensamos frecuentemente por él,  en nuestros viajes a Badajoz, estuvimos por primera vez pese a pasar frecuentemente cerca en agosto de 2018. En el mes de agosto de 2023 fuimos por segunda vez.




Teatro Segóbriga




La actual Zaragoza fue en época de Roma, Caesaraugusta. El teatro de esta época que se fue hallado en 1972 durante unas excavaciones que se hicieron en lo que en la época medieval fue un barrio judío. Data del siglo I a.de C. Queda poco de aquel teatro que al parecer tenia capacidad para unos 6.000 espectadores. Como todos los construidos durante la dominación de Roma, fue abandonado y saqueado y sus materiales reutilizados para otras construcciones, por lo que quedan pocos elementos originales de como fue. En este hay algunas paredes de hormigón y gradas construidas de la misma forma. Tras su descubrimiento se ha construido un museo con algunos restos encontrados, así como otros vestigios de lo que fue el lugar donde se ha encontrado el teatro. En poco menos de una hora se puede ver este lugar, si no se entra en el recinto del museo. Se puede observar sin visitar el museo, ya que desde las calles adyacentes se puede observar casi en su totalidad. Nosotros entramos y lo vimos todo. También de esta época existen restos del antiguo puerto fluvial, el foro y las murallas, pero son escasos y no merecen la pena verlos.



Teatro Zaragoza



Bilbilis en la época de Roma era un enclave situado en las inmediaciones de Caesaraugusta. Actualmente está situada a unos 6 kilómetros de Calatayud en la provincia de Zaragoza y a poco menos de una hora de la capital. Los restos de la antigua ciudad mantienen hoy visible en antiguo teatro de esa época romana. También se pueden ver las antiguas termas. Fue construido en fechas similares al de Zaragoza. Para llegar a la antigua ciudad hay que ir por un camino sin asfaltar y para llegar al recinto visitable caminar unos 500 metros. El conjunto se encuentra bastante deteriorado y parece que el gobierno regional no invierte mucho en su rehabilitación, por lo que se puede apreciar en el teatro y otros restos. La situación de este me recordó al de Siracusa en Sicilia, pero nada tiene que ver con el estado de conservación y mantenimiento de uno y otro.



Teatro Bilbilis


Clunia Es un antiguo asentamiento romano situado en la provincia de Burgos, junto al pequeño pueblo de Peñalba de Castro, cerca de Aranda de Duero. Conserva además del teatro una antigua casa de Taracena que ha sufrido transformaciones desde el siglo I al V d.C. También hay restos de unas termas, el foro y algún templo. El estado de conservación del conjunto es mejor que el de Bilbilis, pero el teatro ha sido casi totalmente reconstruido sus gradas y escenario. Solo conserva de cuando fue construido parte de la pared del escenario y algunas gradas superiores. Pasamos algo mas de una hora el día 12 de febrero de 2022 viéndolo y fotografiando todo el conjunto.   




Teatro Clunia







 

Teatros Romanos en Italia

Italia alberga algunos de los teatros más emblemáticos del mundo romano. En nuestras visitas hemos explorado:

  • Teatro de Siracusa: Imponente construcción en roca con una cavea de casi 140 metros de diámetro.
  • Teatro de Taormina: Con vistas al Mediterráneo y al Etna, combina belleza natural y arquitectura clásica.
  • Teatro de Catania: Construido en lava volcánica, con capacidad para 5.000 personas.
  • Teatro de Brescia: Monumento romano descubierto junto al Capitolio, con capacidad para 15.000 espectadores.
  • Teatro de Marcelo en Roma: Único visible en la capital imperial, junto al Coliseo, con capacidad para 15.000 personas.
  • Teatros de Pompeya: Incluyen el Odeón y un teatro grande, ambos notablemente bien conservados.


TEATROS ROMANOS EN Italia

 

Los teatros que hemos visitado en Italia han sido: tres en la isla de Sicilia, uno en Brescia y uno en Roma. Italia como es lógico alberga gran numero de ellos. Pese a que hemos estado en varias regiones italianas, ha dado la casualidad de que en estas regiones no había teatros de la época romana, excepto en Verona, que no fuimos a verlo. A continuación, el enlace de YouTube de los teatros de Italia y Francia donde hemos estado.




Sicilia 


La provincia romana de Sicilia fue creada en el año 241 antes de Cristo. Después de ser habitada por los fenicios, fue ocupada por los cartagineses, siendo estos a quien se la ganaron los romanos. Siracusa era su capital. Sicilia cuenta con importantes vestigios además de estos tres teatros. Así el Valle de los Templos en Agrigento o los templos de la zona de Selinunte y Segesta, son dos lugares para visitar si se viaja a Sicilia.


Teatro Siracusa

El teatro de Siracusa fue construido durante la dominación griega en el siglo V antes de Cristo y fue reformado por los romanos. En el siglo XVI parte de su estructura se utilizó para la construcción de la isla de Ortigia lugar de Siracusa que también se debe conocer cuando se va a visitar la isla de Sicilia. El teatro está considerado como uno de los mejores y mayores de la época antigua. Se construyó escavando una colina y las gradas donde se sentaban los espectadores llamada cavea es de las más grandes que se han construido, ya que mide casi 140 m de diámetro. En la dominación romana de la isla, se utilizó el teatro en espectáculo cirquenses, mientras que los griegos los de tu destinaron a su auténtica función.



Teatro Taormina

El teatro Greco romano de Taormina en Sicilia está situado en la ladera de una montaña, al igual que el de Siracusa, lo que le da una belleza extraordinaria. Desde este lugar se divisa el volcán Etna y el Mediterráneo. Aunque la construcción se inició en la época de la dominación griega, el estado actual corresponde a la de Roma. Este teatro al igual que el de Catania y Siracusa, lo vimos en nuestra visita a la isla de Sicilia en septiembre del año 2018. Ha sido restaurado a lo largo de los años y aunque ha sufrido el efecto de terremotos provocados por el volcán Etna durante los veranos sirve para hacer representaciones de obras de teatrales. Taormina se encuentra situada al norte de Catania a una hora viajando en automóvil. 


Teatro de Catania


Catania es una de las principales ciudades de la isla de Sicilia. Tiene restos arqueológicos importantes de la época romana. El teatro sin duda es uno de ellos. Fue construido en el siglo II después de Cristo y se aprovechó la existencia de otro anterior griego. La mayoría de sus elementos decorativos de mármol fueron aprovechado para construir una catedral en el siglo XI. Este teatro tenía capacidad para unos 5000 espectadores y está construido con lava del volcán Etna. La ciudad de Catania sufrió dos grandes terremotos en el siglo XII y en el siglo XVII que afectaron seriamente a la ciudad y originaron importantes daños en muchos de sus edificios.



Teatro de Brescia

El teatro de Brescia forma parte de los restos arqueológicos más importantes del norte de Italia fuimos a Brescia en agosto del año 2019, en un viaje por la Lombardía, y pudimos ver lo poco que queda de este teatro que fue descubierto junto al Capitolio en 1823. Este recinto fue construido entre el año 69 y 76 después de Cristo. Tenía capacidad para unos 15000 espectadores y se encuentra situado en la ladera de una montaña, al estilo de los teatros griegos. Actualmente sus restos se pueden ver desde las calles adyacentes y estos son bastante escasos. Queda algo de las gradas empotradas en la montaña, y algunas paredes exteriores. Al parecer en la edad media se construyeron edificios sobre él , incluso un palacio.




Teatro Marcelo


El teatro de Marcelo se encuentra situado en Roma y es el único visible de la capital del antiguo imperio romano. Está situado muy próximo al coliseo y podía albergar hasta 15000 espectadores. Fue construido por orden de Augusto del año 11 al 13 antes de Cristo. Fue abandonado en el siglo IV y sirvió posteriormente como fortaleza. Llegó a albergar en su interior viviendas y como otros teatros y anfiteatros romanos y griegos, el material que sirvió para su construcción fue reutilizado en siglos posteriores para la construcción de fuentes, iglesias o Palacios. En nuestros 4 viaje a Roma siempre lo hemos visto desde el exterior. En otros edificios importantes como el Coliseo o el vaticano si que hemos entrado un par de veces.


Teatro de Pompeya


En Pompeya se encuentra entre los numerosos edificios rescatados, el teatro y el Odeon de la ciudad. Ambos están juntos y en muy buen estado de conservación, aunque como en todos ha sufrido el desmantelamiento y reciclaje de otras épocas desde que se iniciaron las excavaciones. Estuvimos en Nápoles para ver Pompeya en octubre de 2023. Fueron ocho horas para ver la ciudad arrasada por el Vesubio. Muchas piezas rescatadas se encuentran en el museo arqueológico nacional de Nápoles por lo que para completar la visita y hacerse una idea mejor es conveniente dedicarle una mañana como hicimos nosotros.



 


 

Teatros Romanos en Francia

En la antigua Galia, hoy Francia, visitamos:

  • Teatro de Arlés: Construido en el siglo I a.C., tenía capacidad para 10.000 espectadores.
  • Teatro de Orange: Uno de los mejor conservados del mundo romano. Pared escénica de más de 30 metros de alto y 100 de ancho.

Ambos forman parte del patrimonio monumental de la región de la antigua Narbonensis.

TEATROS ROMANOS EN Francia

 

GALIA



 En la época de roma la actual Francia era conocida como la Galia y era habitada por un conjunto de pueblos sin un sentido de país. 

La Galia fue ocupada por Roma a inicios del siglo II antes de Cristo. Quedan importantes vestigios de esta ocupación principalmente en ciudades próximas al Mediterráneo como Orange, Nimes, Arles o Lyon. En las 3 primeras ciudades estuvimos en junio del año 2018 y realmente los restos romanos que vimos son importantes y están muy bien conservados.



Teatro Arlés


El teatro de Arlés fue construido a finales del siglo I Antes de Cristo. Después de su abandono con la llegada del cristianismo que prohibía las representaciones teatrales, permaneció inactivo y como todo fue objeto de expoliación. En el siglo XVII se iniciaron excavaciones, hallándose la Venus de Arlés que se expone en el Museo del Louvre. Tenía capacidad para unos 10.000 espectadores y la cávea tiene 102 m de diámetro. Fue ocupado a lo largo de los siglos para distintos fines e integrado en la estructura de la ciudad. Quedan pocos elementos originales del teatro, que debió tener gran esplendor al igual que el de Orange. Junto al teatro se encuentra el anfiteatro que se utiliza como plaza de toros. En ambos lugares estuvimos en nuestro viaje a Occitania.



Teatro Orange


El Teatro Romano de Orange para mí es uno de los más bonitos que hemos visto. Se encuentra en la ciudad de Orleans, próxima a la ciudad de Nimes. Me dejó totalmente sorprendido por lo bien conservado que se encuentra ya que tiene todavía parte del escenario. La pared alcanza más de 100 m de longitud y unos 30 m de altura. Data de la época de Julio César en el siglo I y como la mayoría de estos monumentales y lugares de esparcimiento de la época romana, fue abandonado en el siglo IV y posteriormente saqueado y utilizado el mármol y todas las piezas ornamentales en otras construcciones. Su reconstrucción comenzó a principios del siglo XIX y desde finales del siglo XX se realizan obras de Teatro Clásico.



 


 


FATA MORGANA

Entre espejismo, leyenda y música pop La primera vez que escuché el término  Fata Morgana  no fue en un libro de física atmosférica ni inves...