EXPANSIONISMO






Si hay una piedra en el camino, no solo tropezarás con ella, sino que estará ahí otra vez la próxima vez que pases, aunque cambies de dirección.


Estar jubilado es tener tiempo.para pensar, para leer, para detenerse en lo que antes era solo un destello entre las obligaciones. Antes leía titulares rápido, como rutina, sin pensar. Ahora leo con calma. Veo el mundo distinto: más complejo, más turbio, a veces más preocupante. Entre las noticias y las emisiones de Euronews, una palabra persiste: expansionismo.

Dicen que la historia es cíclica. El expansionismo, con su barniz de poder y ambición, es una sombra que reaparece. Se disfraza de discursos carismáticos o justificaciones estratégicas. Hitler, Mussolini, Putin, Trump, China. Diferentes formas, un mismo propósito: crecer, apropiarse, dominar.

¿Qué es el expansionismo?
Es una ideología o política que busca extender la influencia territorial, económica, cultural o política de una entidad sobre otra. Promete grandeza: territorios, riquezas, prestigio. Pero casi siempre deja conflicto, ruina, devastación.


Existe diversas formas. La territorial. La conquista de tierras por anexión, guerra o compra. Ejemplos evidentes: El Imperio Romano.  Crimea 2014. Ucrania 2022. El expansionismo e
conómico. Sin soldados, solo mercados. Tratados comerciales, explotación de recursos. China es el ejemplo. El cultural. Más sutil. La imposición de culturas, religiones o idiomas. La globalización desplaza lo local. Por último, el político. Poder blando, alianzas, protectorados. Golpes de estado. Control sin fronteras visibles.

El expansionismo persiste. En Crimea y Ucrania, Rusia busca rehacer mapas con sangre. Trump quiere Groenlandia, un gesto  revelador. El Tíbet, ocupado desde 1950, es un ejemplo de expansionismo territorial y cultural: borrar identidades para consolidar el control. El expansionismo promete soluciones. Pero la historia prueba lo contrario. Imperios colapsados, desigualdad, conflicto. Una promesa insostenible.

Las críticas son claras: Genera conflictos, guerras, tensiones, desplazamientos. Lleva a cabo la explotación de recursos y personas, rara vez para beneficio local. Impone culturas y elimina identidades. Seduce con grandeza, pero deja destrucción. En el siglo XXI, parece anacrónico. Sin embargo, sigue vivo en discursos populistas y en líderes que buscan glorias pasadas.

Hay que reflexionar, conectar los puntos. Y ver que tropezamos siempre con las mismas piedras. Expansionismo: territorial, económico, cultural o político. Siempre promete futuro, siempre deja ruinas. Al final, leer la prensa es lo mismo. Te detienes. Conectas puntos. Y descubres que seguimos tropezando con las mismas piedras. Las mismas. Como jubilado, uno tiene tiempo para verlas. Pero la sociedad, ¿tiene tiempo?

No vemos el fondo de las cosas. Nos encerramos en etiquetas: derecha, izquierda, ricos, pobres, progreso, capitalismo. Luchamos entre bien y mal, como si el mundo pudiera dividirse así.  Nos quedamos quietos. Miramos desde lejos. Como si no fuera con nosotros. Como si el tiempo fuera infinito y pudiéramos esquivar las piedras después. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

PERÚ Y LAS CIVILIZACIONES PREHISPÁNICAS

FRAUDE FISCAL. SOCIEDADES PANTALLAS

EXTREMADURA, LA GRAN DESCONOCIDA. ESPAÑA